Laila y su familia se vieron obligados a huir de Myanmar en 2017. Actualmente viven en el mayor asentamiento de refugiados del mundo, en el distrito de Cox's Bazar, en Bangladesh. El marido de Laila tiene una discapacidad y su familia depende totalmente de la ayuda humanitaria.
"Las raciones de comida que recibimos mensualmente eran esenciales", dijo Laila. "No sé cómo podremos sobrevivir si el PMA nos proporciona menos raciones. Estoy muy preocupada por la salud de mi hijo y de mi vulnerable marido".
La crisis de los refugiados rohingya en Bangladesh presenta retos interrelacionados que agravan la ya de por sí grave situación de la población vulnerable. Los niños constituyen casi la mitad de los refugiados, pero la educación sigue estando fuera del alcance de muchos debido al cierre de las instalaciones de aprendizaje dirigidas por la comunidad y a la falta de apoyo constante por parte del Estado de Bangladesh y de la comunidad internacional. Las niñas, en particular, se enfrentan a mayores obstáculos para aprender, lo que debilita aún más las perspectivas a largo plazo de la comunidad.
Para agravar el problema, la reducción de las raciones alimentarias anunciada por el Programa Mundial de Alimentos en febrero de 2023 corre el riesgo de acarrear consecuencias aún más nefastas para los refugiados. Viviendo ya en condiciones precarias, la reducción de las raciones podría provocar un aumento de la extorsión, el trabajo sexual, la trata de seres humanos, el tráfico de drogas, la violencia doméstica y el maltrato infantil. Con un acceso limitado a los alimentos, los niños pueden verse obligados a abandonar la escuela y dedicarse al trabajo infantil, mientras que muchos refugiados pueden arriesgar sus vidas intentando peligrosos viajes a otros países en busca de oportunidades laborales.
Laila, una refugiada que vive en el distrito de Cox's Bazar, expresó su profunda preocupación por el bienestar de su familia. Su marido tiene una discapacidad, lo que les hace depender por completo de la ayuda humanitaria. Con la reducción de las raciones alimentarias, Laila teme por la salud de su hijo y de su vulnerable marido.
La intersección del género, la edad, la discapacidad y el estatus de refugiado pone de relieve la urgente necesidad de un enfoque integral para abordar la crisis de los refugiados rohingya en Bangladesh. Éste debe incluir el acceso a la educación, a una alimentación adecuada y a oportunidades de trabajo, así como la protección contra la miríada de riesgos a los que se enfrenta esta población vulnerable.