IN COLORS PROJECT
En el alma kurda, por Musa Talaşlı
ARTÍCULO DE LUMICROMA
JULIO, 2022
En "Color", la fotografía que dio a Musa Talaşlı el Premio IN COLORS PROJECT, una escena de la vida doméstica, común en todo el mundo, se vuelve majestuosa.
"Lavandería secándose al sol" sería un pie de foto tan probable como reductor. En esta imagen queda claro el tratado de delicadeza y resistencia escrito en la nieve. El duro paisaje se suaviza en las ramas de los árboles, los charcos de luz, el suelo pisoteado y, sí, en la translucidez de los vestidos colgados, sus colores aportando sangre y fuego a la superficie blanca.
En la inmensidad de las montañas y los detalles, todavía nos vemos impelidos a medir la distancia entre los pensamientos de la mujer y la niña, inescrutables. No en vano, son las figuras centrales de lo que Musa Talaşlı desea compartir.
Se entiende que el premiado fotógrafo turco, oriundo de la región fronteriza de Van, nos permita divagar. Podemos crear historias, no importa: por encima de ellas se da el encuentro con la historia viva.
"Color" nos lleva al Kurdistán. A un pueblo que, literal y figuradamente, nunca ha dejado morir el color. A partir de aquí, sin soñar, nos sumergimos en una cultura ancestral.
A pesar de las adversidades y las influencias de los pueblos vecinos, los kurdos han conseguido mantener sus costumbres y tradiciones. La música, la danza y la vestimenta son elementos comunes de identidad.
Celebrar la vida, en armonía con la naturaleza, es quizás uno de los grandes activos de la población kurda. Esta energía vital se refleja en un calendario repleto de festividades, en las que son indispensables los Kiras-Fistan, coloridos vestidos ceremoniales confeccionados con delicados tejidos del Lejano Oriente.
Podemos entonces reformular la leyenda. Probablemente la ropa que se secaba al sol ya se sabía el baile y la música de memoria. Capturado en una comunidad rural, "Color" muestra los preparativos de una boda próxima. El Kiras-Fistan, lavados y colgados al sol, no podían faltar.
Musa Talaşlı, nacido en 1976, comenzó su carrera como fotógrafo de estudio, dedicándose a la macrofotografía. Hoy le interesan los primeros planos de la vida, la forma en que el hombre se amolda a la naturaleza, pero el detalle no sale de su objetivo. Está demostrado.
"Lavandería secándose al sol" sería un pie de foto tan probable como reductor. En esta imagen queda claro el tratado de delicadeza y resistencia escrito en la nieve. El duro paisaje se suaviza en las ramas de los árboles, los charcos de luz, el suelo pisoteado y, sí, en la translucidez de los vestidos colgados, sus colores aportando sangre y fuego a la superficie blanca.
En la inmensidad de las montañas y los detalles, todavía nos vemos impelidos a medir la distancia entre los pensamientos de la mujer y la niña, inescrutables. No en vano, son las figuras centrales de lo que Musa Talaşlı desea compartir.
Se entiende que el premiado fotógrafo turco, oriundo de la región fronteriza de Van, nos permita divagar. Podemos crear historias, no importa: por encima de ellas se da el encuentro con la historia viva.
"Color" nos lleva al Kurdistán. A un pueblo que, literal y figuradamente, nunca ha dejado morir el color. A partir de aquí, sin soñar, nos sumergimos en una cultura ancestral.
A pesar de las adversidades y las influencias de los pueblos vecinos, los kurdos han conseguido mantener sus costumbres y tradiciones. La música, la danza y la vestimenta son elementos comunes de identidad.
Celebrar la vida, en armonía con la naturaleza, es quizás uno de los grandes activos de la población kurda. Esta energía vital se refleja en un calendario repleto de festividades, en las que son indispensables los Kiras-Fistan, coloridos vestidos ceremoniales confeccionados con delicados tejidos del Lejano Oriente.
Podemos entonces reformular la leyenda. Probablemente la ropa que se secaba al sol ya se sabía el baile y la música de memoria. Capturado en una comunidad rural, "Color" muestra los preparativos de una boda próxima. El Kiras-Fistan, lavados y colgados al sol, no podían faltar.
Musa Talaşlı, nacido en 1976, comenzó su carrera como fotógrafo de estudio, dedicándose a la macrofotografía. Hoy le interesan los primeros planos de la vida, la forma en que el hombre se amolda a la naturaleza, pero el detalle no sale de su objetivo. Está demostrado.