«Bautizo de un barco pesquero artesanal» ganó el primer puesto del ED#3 del IN COLORS PROJECT. En una obra que rezuma autenticidad, he aquí la narrativa de un pueblo.
Podría ser el plató de rodaje de una serie sobre Rabo de Peixe, en las Azores, tal es la abundancia de elementos que tejen un argumento realista. Pero, en blanco y negro, lo que se muestra, sin filtros ni montajes, es el verdadero alma de una comunidad casada con el mar. Gente que tiene en la fe el barco seguro, en los hijos la red lanzada al futuro. El cielo puede estar plomizo y hay dramas, pero la alegría tiene esa cosa de dejarse pescar también con el sedal: con la ayuda de Dios, se crean momentos felices.
La fotografía fue tomada después de la ceremonia de bautizo de un barco de pesca artesanal, un ritual propiciatorio que se realiza antes de botar una embarcación al agua. Se trata de una antigua tradición, de esas que el progreso nos va quitando. Por eso Paulo Monteiro se empeña en eternizarlas. Va tras ellas y las retiene con su objetivo, antes de que sea demasiado tarde.

De hecho, esta obra forma parte de su proyecto «Açores Profundos», que tardó 24 años en concretarse. «Durante ese tiempo, recorrí las nueve islas del archipiélago, donde documenté la alegría de las fiestas, la ternura de las niñas vestidas de princesas, la nobleza del trabajo, la belleza del paisaje, el exotismo de los animales y las plantas». Gracias a él, tenemos el testimonio visual de «una cultura única, densa e intensa, de un mundo al borde de la extinción».
Información, arte, etnografía y antropología se dan cita en la prolífica y galardonada obra de Paulo Monteiro, fotógrafo natural de la isla de San Miguel, en las Azores, donde reside. Como autodidacta, comenzó a explorar y fotografiar en 1985. Nunca ha dejado de fotografiar ni de profundizar sus conocimientos en la materia, y mucho menos de celebrar la identidad de su pueblo, que ha mostrado en exposiciones nacionales e internacionales.